La ciudad que lo vio nacer lo recibía con
uno de los mejores atardeceres que pudo haber tenido. Roger regresaba de Canadá
como todo un profesional de la fotografía. México le daba inspiración, siempre
lo dijo y esta no era la excepción.
-Pau ¿ya viste? Esa iglesia es perfecta.
-Ya lo sé amor y me da mucho gusto conocer
tu ciudad
-Y yo estoy muerto de felicidad por haber
vuelto y lo mejor es que fue contigo
-Ay Ro, no sé qué hubiera sido de mi si no
hubieras aparecido en mi vida- Lo besó casi asfixiándolo
-Estarías en Canadá aún y no hubieras
vuelto nunca con tu familia- La tenía abrazada por la cintura pero una escena
perfecta para capturar lo distrajo y la soltó de inmediato.
-¿Qué sucede Roger?
-¿Ves la perfección?- Una chica muy linda
comiendo un helado, sentada en una banca del parque y como fondo la iglesia que
Roger veía perfecta.
-¿De ella?- Lo fulminó con la mirada
-No, de todo- Los ojos de Roger brillaban
-Sólo tú te entiendes, mejor voy por un
helado para que captures tus momentos perfectos- Roger no hizo mucho caso a su
novia y comenzó a tomar fotografías de la escena en diferentes ángulos.
-¿Oye tienes algún problema?
-¿Disculpa? ¿Problema con qué?- Una chica
con hermosos ojos estaba frente a él viéndolo como un loco
-Con fotografiarme ¡maldito acosador!- Al
parecer el drama le encantaba a la chica de ojos bonitos
-Ah cierto, eres la chica del helado en la
banca- Roger soltó una carcajada
-¿De qué te ríes?
-Perdón, soy Roger González y bueno soy
fotógrafo
-Carla, hola- se dieron la mano- pero aun
así, no estoy de acuerdo con tus
fotografías
-¿Quieres que las borre?- Sus ojos
perdieron el brillo
-Si me haces el favor
-¿qué sucede amor?
-Nada, bueno la chica no estuvo de acuerdo
con las fotos y las borraré
-Que chica tan presumida- Carla seguía
frente a ellos y al parecer Paulina no le tomó importancia a eso para dar su
comentario
-¿Perdona?- Dijo Carla
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